Introducción
Argentina, desde mediados de los setenta hasta el presente ha experimentado drásticos cambios distributivos, que se han traducido en aumentos sustanciales de la desigualdad y la pobreza. Gasparini (2005) identifica dos tipos de eventos que han moldeado la distribución: las crisis macroeconómicas profundas y los períodos de integración económica. Aunque la integración puede ciertamente exacerbar la desigualdad en el corto y mediano plazo en países como Argentina, los gobiernos pueden tomar medidas para aliviar los efectos de la transición. En este sentido se afirma que el gobierno actual ha realizado importantes esfuerzos, pero aún queda mucho por hacer, más teniendo en cuenta el contexto de crisis internacional que ya golpea a la Argentina (fuertemente en los sectores productivos y en el mercado laboral) y que, según parece, el impacto será mayor.
Desde el discurso, el objetivo de mejorar sensiblemente la distribución del ingreso siempre ocupó un lugar central en la lista de promesas del gobierno que asumió la conducción en mayo de 2003, los términos justicia social y equidad distributiva no faltaron en casi ninguno de ellos.
Según Gasparini (2001) el simple hecho de documentar ingresos diferentes entre personas no es evidencia concluyente de una situación injusta por la que deba existir preocupación social. Esta preocupación sí surge cuando la desigualdad alcanza niveles "altos" o es significativamente creciente. Ahora, establecer cuál es el nivel a partir del cual la desigualdad es preocupante, o cuánto de la desigualdad existente es aceptable y cuánto no, es materia en gran parte opinable. Podemos afirmar que la lucha por la distribución del ingreso no sólo reviste un carácter ético, sino también, siguiendo las predicciones de la teoría y como se menciona en Perry (2006), una mala distribución y el aumento de la pobreza están estrechamente relacionados 1, los mismos pueden limitar el crecimiento de la economía de un país, lo cual tiene consecuencias negativas para el ingreso per cápita, afectando así el nivel de pobreza e ingresando, muchas veces, en un círculo vicioso difícil de romper; máxime cuando los sectores financieros son imperfectos porque, por ejemplo, el pobre, que carece de acceso al crédito, no emprenderá muchas inversiones socialmente provechosas, deprimiendo así el nivel agregado de inversión y crecimiento; y, como consecuencia, el nivel agregado de bienestar. También pueden mencionarse otras variables que entran directamente en la utilidad de los individuos (ej: inseguridad, inestabilidad política y social).
Primero se plantea en la sección II un esbozo de la teoría acerca de los determinantes de la desigualdad en un país (extraído de trabajos para Argentina y para países latinoamericanos), a continuación en la sección III se repasa la evolución de la desigualdad en nuestro país a través de la medición de los conocidos coeficientes de Gini y Theil junto con la relación de ingresos entre el decil más rico y el más pobre de la sociedad. En la siguiente sección se detalla la política que el gobierno actual ha seguido pasada la crisis de 2002 hasta el presente. Luego en la sección V se analizan si esas medidas estuvieron bien tomadas para una lucha decidida contra la inequidad de ingresos y cuáles podrían ser las mejoras a introducir para no echar por la borda lo hasta ahora realizado. Finalmente se extraen algunas conclusiones en la sección VI.
1- Por ejemplo, si vemos los datos en la Argentina el aumento de la pobreza ha estado estrechamente vinculado al aumento de la desigualdad y no a la caída del ingreso per cápita (Gasparini - 2007)
Autor: Pablo Díaz Almada - 2009
Diaz Almada "Introducción" [en linea]
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